SOPHIA NIGRANS LA DIOSA DEL GRIAL
SOPHIA NIGRANS, LA DIOSA DEL GRIAL
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Las mujeres del ciclo del Grial, humanas, feéricas y divinas, poblaron las historias del siglo XII europeo. Todas fueron la manifestación de la antigua Diosa oscura y recóndita, la Sophia Nigrans o sabiduría oculta que yace en el seno de la divinidad femenina. Cuando los dioses masculinos se hicieron con el dominio del mundo, la Gran Diosa buscó nuevas formas para perdurar.
¿Quién es Sophia Nigrans?. Es la sabiduria oculta o velada que yace en el seno de la divinidad femenina en su aspecto más atávico. Es la matriz de la Diosa negra u oscura, aquello que descansa en su interior como la semilla a punto de germinar. Sophia Nigrans sólo puede desplegarse cuando se ha llegado a intuir la esencia del misterio de lo divino; representa el espíritu
humano en su búsqueda permanente, consciente o inconsciente, de la iluminación.
La imagen de la diosa y la paloma, como un ave asociada a ella, es la forma manifiesta del vuelo del espíritu en sus ansias de alcanzar una dimensión más alta de conciencia. Esta imagen recorrió el tiempo y muchas corrientes religiosas hicieron mención de ella. Es la Sulamita del Cantar de los Cantares, la Isis velada, la Cibeles en forma de piedra negra, la Anciana de la Oscuridad bajo la vestimenta de la Cailleach céltica y la Kali de la mitología hindú. Incluso la alquimia bebió de ella.
La civilización agraria de la antigua Europa, descubierta por la arqueóloga e historiadora de las religiones Marija Gimbutas, consideraba el negro como el color de la vida. Era el color de la Madre tierra, nutriente, contenedora, la que da a luz a sus hijos y los llama nuevamente a su vientre cuando acaban sus vidas. Y esta Madre que es cuna y sepulcro a la vez, que guarda en su seno la sabiduría de los hijos que retornaron a sus entrañas, permitirá a los ancestros responder a los enigmas que los vivos les plantearon durante milenios. Deificada, se manifestó de muchas maneras fue trascendiendo el tiempo, abriéndose en un abanico de formas detrás de las cuales se mantenía el núcleo casi inalcanzable de la sabiduría secreta.
El avance de los pueblos indoeuropeos sobre Europa que tuvo lugar entre el cuarto y el segundo milenio antes de nuestra era trajo dioses masculinos y fuertes, una estructura social de tipo patriarcal y un sacerdocio masculino. Lentamente, la Diosa y toda forma de divinidad femenina fueron retrotrayéndose a la oscuridad del inconsciente. Occidente olvidó su rol creativo y transformador.
Pero nada desaparece; todo lo que es reprimido tarde o temprano encuentra el cauce que lo lleva hacia la superficie nuevamente.
Así, la Diosa negra o Sophia Nigrans se abrió camino a partir del siglo VI en una Europa que asistía a los albores del ciclo del Santo Grial.
A lo largo de la historia, la antigua Diosa Madre multiplicó sus formas para sobrevivir. Como consecuencia de la influencia del cristianismo, ya no podía manifestarse como lo había hecho antes; era necesario encontrar caminos alternativos. Y los halló en las creencias campesinas y de las clases bajas de una Europa que recuperaba los antiguos mitos convirtiéndolos en leyendas y relatos que los bardos llevában de aldea en aldea.
EL RETORNO DE LA DIOSA
Así llegó el siglo XII. Los relatos que giraban alrededor del Santo Grial estaban perlados de historias principales que conformaban su núcleo original e historias secundarias en las que las aventuras de los caballeros dependían siempre de la guía o del consejo de alguna dama misteriosa y feérica. Suele decirse que en el cielo griálico los hombres son activos y las mujeres pasivas. Sin embargo, pocas veces se ha mencionado que se trataba de dos tipos muy diferentes de actuaciones sobre la realidad. Sin la intervención de la sabiduría femenina, los caballeros se perdían en bosques laberínticos y plagados de espinos.
Cada una de las damas de la corte artúrica tiene detrás el arquetipo de la Diosa negra, todas son reflejo de la misma esencia que luchó por mantenerse vigente en un siglo XII que vio tarnbién el resurgirmento del culto a la Virgen María con una fuerza indescriptible. ¿Es casual que en el mismo siglo mientras en el ámbito pagano ganaban terreno las mujeres ultramundanas en el cristiano resurgiera con tanto fervor el culto mariano? ¿Podría haber actuado el arquetipo de la Gran Madre, de la Diosa oscura que se vuelve blanca cuando se alcanza a vislumbrar su esencia? Sabemos que la Diosa se ha manifestado como Virgen, Madre y Anciana. ¿Podría acaso haberse canalizado de formas diferentes según las creencias del momento y de lo socialmente admitido? La respuesta es afirmatíva.
¿Qué representa realmente la Diosa oscura? La raíz indoeuropea de la palabra inglesa black (negro) procede de bhel, que significa "brillante, fulgurante" e incluso "blanco". Parece un contrasentido, pero no lo es. La Diosa oscura es una divinidad transformadora, sumerge al ser humano en la oscuridad de su propia alma y lo obliga a encontrar el camino hacia la luz a través del sufrimiento del cambio interno. Ese cambio sólo se alcanza cuando se intuye el aspecto de Sophia o sabiduría oculta en el seno de la divinidad femenina. Es entonces cuando la Diosa oscura se vuelve blanca y luminosa. Son las dos caras de la misma moneda. Cuando eso ocurre, Sophia deja de ser "la noche oscura del alma" para representar "el sol que brilla a medianoche". Debemos recordar que la sabiduría, muchas veces representada bajo forma femenina, trasciende toda polaridad y está en la esencia de todo lo existente. Por eso la llaman la Madre de los filósofos, el eterno femenino, la Diosa de la inspiración y la profecía. Ésta es la razón por la que las mujeres del Grial son misteriosas y elusivas y tienen la función de ser guías de los hombres, iniciadoras e incluso protectoras ultramundanas.
LAS DAMAS DEL GRIAL
El sendero de la búsqueda es interno. Aunque describa un derrotero por parajes extraños, toda aventura conlleva un viaje al interior de uno mismo. Si la meta se alcanza en corazón, si Sophia Nigrans revela su rostro tras los velos que la esconden, se halla el camino, los laberintos de espinos se abren dejando paso hacia la meta. Sin embargo, nada es posible sin la ayuda de las mujeres del Grial. Ellas representan lo femenino, la voz desoída durante tantos milenios de cultura patriarcal y cristiana. William Blake dijo: "Todas las deidades residen en el pecho del hombre". Sophia Nigrans regula los ritmos, nuestros procesos internos de vaciamiento o kénosis y llenado o plerosis, respectivamente. Entre esos dos polos encontramos la sabiduría. Cada una de las mujeres del Grial representa un aspecto de ella: Igraine, la madre de Arturo; Ginebra, su esposa; Argante o Vivianne, la Dama del Lago; Morgana, la mal comprendida y desvalorizada sacerdotisa de Avalon; Kundry, la Dama Negra; las doncellas de los manantiales violadas por el rey Amangon y sus hombres...
Igraine es considerada, al igual que Ginebra, una dama de la Corte. Concibe a Arturo debido a un ardid mágico de Merlín: el rey Uther toma la forma de su esposo Gorlois para acceder a ella. Su nombre, ya sea en su forma céltica básica (Igerna), o en la británica (Eigr), es una variante de Tigerna, un título celta que significa "señora" utilizado probablemente para designar a las antiguas matriarcas de la línea del linaje de Cunedda, jefa militar de la tribu Gododdin que dominaba el sur de Escocia en el siglo V y que fue la responsable de la sucesión matrilineal en Gales. De Igraine se dice que pasó directamente al otro mundo como Tigerna del Castillo de las Doncellas, cuyo reino era regido por una reina viuda y habitado por ancestros y matriarcas.
Por su parte, Ginebra es conocida también como la Dama de Mayo o la Doncella de las Flores. Su nombre en gales es Gwenhwyfar, que significa "sombra blanca" o "fantasma blanco". Representa el aspecto joven y luminoso de la Diosa. Es Ginebra quien otorga a Arturo el derecho a la soberanía al ser la representación material de la Diosa. Sus amores con Meleagant, Lancelot y Mordred no son otra cosa que la afirmación de la pertenencia de la Tierra a todos sus hijos. Por eso se combate por su posesión y rescate. Lo que cada rey busca es la soberanía que ella representa. Los combates tienen lugar en un contexto estacional en el que un hombre representa el verano, la luz del sol, en tanto que el otro simboliza el invierno y la oscuridad. El secuestrador es siempre el caballero del verano, que se lleva la luz y sume en tinieblas el reino del rey despojado. El carácter ultramundano de Ginebra se encuadra en el patrón del Otro Mundo, en el que no existen culpas por los actos de amor y de placer. Ella sigue su naturaleza cuando acepta a sus pretendientes y responde al rol que le corresponde como imagen terrena de la Diosa.
MORGANA Y LA DAMA DEL LAGO
Si hay una figura que ha sufrido transformaciones a lo largo de los siglos en los que se conformó el ciclo artúrico es Morgana. Las primeras alusiones a ella aparecen en la Historia de los Reyes de Britania de Geoffrey de Monmouth, donde tiene el rol de sacerdotisa de Avalon, la que llevará el cuerpo aún con vida de Arturo a la isla ultramundana. El tiempo forjará la imagen del hada Morgana y la despojará del aspecto sanador de la sacerdotisa de Avalon. Una figura netamente asociada al Otro Mundo como manifestación benéfica de la Diosa es la Dama del Lago. Es conocida por sus muchos nombres y, sobre todo, por ser quien entrega Excalibur a Arturo, otra forma de dar fundamento ultramundano a su derecho a reinar, a ser Pendragon o jefe supremo. Es ella también quien recibe la espada nuevamente cuando el rey ya no continúa en el trono. Lo que pertenece al Otro Mundo debe volver a él. Ya sea como Vivianne, Niníane o Argante, cumple el rol de iniciadora de caballeros.
Sólo aparece en dos ocasiones y en ambas su rostro está velado. Es ella quien arranca a Lancelot de los brazos de su madre cuando es un niño y lo lleva consigo a las profundidades del lago para iniciarlo en las artes de la caballería. Esto imprime en el caballero el carácter ultramundano que le permitirá requerir para sí mismo a Ginebra. Innumerables son las historias de estas mujeres, y aún más las interpretaciones del papel que cada una de ellas ha tenido en el ciclo del Grial. Pero todas ellas fueron manifestaciones múltiples de un único principio femenino y divino cuyo objetivo era abrir a los seres humanos el camino hacia la Sabiduría.
Nor Galasso. Terapeuta
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